Filosofía
12 noviembre, 2012
Alimentación
13 diciembre, 2012

Texto de Benigno Paz

Editado en la revista «El Mundo del perro»

La educación y el adistramiento del cachorro es un proceso hermoso que requiere de nuestra paciencia, dedicación y entrega. Dejar pasar los meses postergando la tarea de socialización y aprendizaje del cachorro supone acortar su vida, condenarlo a largos periodos de encierro y/o a una injusta vida con cadena perpetua (literalmente) en el fondo del jardín. De nosotros y de nuestra dedicación dependerá que nuestro cachorro se convierta en un perro adulto con el que poder convivir de la manera más satisfactoria.

Tenemos ante nosotros un libro en blanco en el que nos toca escribir los primeros capítulos que marcarán la evolución de nuestra obra. Un libro que tiene establecido su formato y la calidad del papel, pero en el que hay todavía muchas cosas por hacer: llenarlo de contenido de interés, disfrutar en el proceso y que pueda servir de ayuda a otras personas, mostrar lo que es tener y cuidar un perro adaptado a nuestro estilo de vida. Para algunos, éste es el período más divertido y tierno de la etapa de adiestramiento del perro, para otros es simplemente una etapa que hay que pasar para poder disfrutar de un perro equilibrado el resto de su vida.
El cachorro es una esponja que está continuamente aprendiendo de lo que ocurre en su entorno a través de la interacción con los seres vivos que le rodean y que marcará su comportamiento futuro, tanto para lo bueno como para lo malo, se adapta para sobrevivir. Hay muchas cosas que nuestro cachorro necesita aprender para poder llegar a ser un perro adulto con el que poder convivir, y para satisfacer todas las demandas que imponemos para su integraciónne nuestro estilo de vida. Así que tenemos que establecer prioridades en su proceso de socialización.

 

Primeros pasos

Una vez el cachorro llega a nuestro hogar, con entre seis y diez semanas de edad, comienza nuestro reto para cubrir todas las demandas de su proceso de socialización.
Lo que hagamos en los primeros tres meses condicionará su comportamiento futuro.
Tendremos que esforzarnos para guiarlo, en esta etapa, para que no pueda cometer errores y lograr que las experiencias y encuentros que tenga le resulten gratificantes.

Nuestras prioridades son que aprenda a:
* Ser limpio en casa.
* Integrarse en el entorno(no asustarse por ruidos, personas, otros animales, etc).
* Inhibir el mordisco, no morder a las personas, que sólo muerda sus juguetes.
* Saludar a las personas.
* Aceptar quedarse sólo.
* Jugar e interaccionar con los humanos para establecer un fuerte vínculo.

También habrá oportunidad de enseñarle, dentro de una dinámica de juego y confianza, las respuestas básicas de obediencia (ven aquí, sienta, quieto).

Higiene y limpieza. Apender dónde hacer sus necesidades

Por lo general, enseñarle a ser limpio en casa es la prioridad número uno de los propietarios, aunque es algo que preocupa nada y menos a nuestro cachorro. Es por ello que tenemos que comprender que el proceso requiere su tiempo, hasta que pueda controlar sus esfínteres y establezca la asociación con el lugar donde queremos que haga sus necesidades, premiándolo por ello. Es imprescindible nuestra dedicación para lograr que el cachorro disponga de suficientes oportunidades para hacer sus necesidades a lo largo del día, siempre bajo supervisión para poder premiarle en el momento en que lo hace en el lugar deseado. Cuando no nos resulte posible supervisarlo directamente, lo pondremos en un lugar seguro, en el que le esté permitido hacerlo.

Nunca nos enfadaremos con el cachorro si comete algún error, ya que habrá sido fruto de nuestra falta de atención y sólo nosotros seremos los verdaderos responsables. En estos casos, que es de desear que no sean demasiados, lo mejor es contar hasta diez, sacar al cachorro para que haga sus necesidades, y premiarlo si lo hace, mientras otra persona limpia lo ensuciado. Debemos tener en cuenta que nuestro cachorro tiene tendencia a hacer sus necesidades después de despertarse, tras las comidas, la ingestión de agua o los períodos de juego y, en todo caso, cada hora. Siguiendo estas simples pautas, en unas semanas lograremos que nuestro perro sea limpio en casa (son de esperar posibles accidentes en situaciones de excitabilidad o cambios bruscos de rutina).

Acostumbrarse a su nuevo hogar

La habituación al entorno se debe realizar progresivamente y respetando siempre los tiempos de nuestro cachorro. Comenzaremos por darle la oportunidad de asentarse en su nuevo hagar y, gradualmente, iremos extendiendo su área de acción. Utilizaremos nuestras interacciones diarias para establecer asociaciones positivas, ganarnos su confianza y fortalecer el vínculo de unión entre ambos, algo que será básico para poder superar todos los retos que se nos presentan una vez que haya completado su programa de vacunaciones. Para lograrlo, evitaremos la aplicación de castigos o la utilización de la fuerza y utilizaremos la persuasión, los juegos y premios con comida.
En las primeras semanas una de las herramientas más interesantes para lograr nuestros objetivos de inhibición del mordisco, juegos e interacciones y los primeros ejercicios de control son las clases para cachorros, que nos permitirán socializar a nuestro cachorro con otros perros de su edad y con otras personas aparte de su nueva familia humana en un entorno seguro y controlado.

La inhibición del mordisco

Los cachorros necesitan comprender que sus afilados dientes causan daño al apretar la sensible y frágil piel humana y necesitan controlar la fuerza de su mandíbula al apretar. Para lograrlo, teatralizaremos nuestro dolor, con grito y gestos, y le ofreceremos un juguete, alternativo, para que pueda morder, distrayendo su atención, al tiempo que le damos la espalda para mostrar nuestra desaprobación por el mordisco recibido. Evitaremos los juegos de fuerza y aquellos que le excitan demasiado. Le proporcionaremos juguetes atractivos para mordisquear y jugar.

El saludo ideal

Nuestro cachorro tiene que aprender que para saludarnos y para atraer nuestra atención lo mejor es que se siente para saludar y no intente saltar para alcanzar nuestro rostro. Para ello, evitaremos prestarle atención cuando salta y lo premiaremos con nuestras palabras, caricias y comida cuando se mantiene sentado.

Periodos de soledad y juegos

El cachorro tendrá que aprender a aceptar a quedarse sólo. Para ello, le proporcionaremos juguetes y un lugar confortable para sobrellevar nuestras ausencias, que grandualmente se prolongarán más tiempo (hasta un máximo de tres horas ya de adulto).
Los juegos con los miembros de la familia, controlando siempre la excitabilidad, nos permitirán conocer y motivar a nuestro cachorro y se convertirán en una potente herramienta para incrementar su motivación durante su aprendizaje y para fortalecer el vínculo con los humanos. Es importante proporcionarle juguetes que pueda mordisquear, que le permitan aliviar tensiones y aliviar su necesidad de tener algo en la boca para captar las distintas texturas de los objetos.

La llamada

Es importante enseñarle a asociar su nombre con la llamada para que venga a nuestro lado y establecer una respuesta de emergencia (para que se pare o se siente) a nuestra señal cuando estimamos la existencia de un peligro. Podemos utilizar la comida para lograr establecer con mayor rapidez la asociación entre su nombre y el comportamiento que deseamos, aproximarse a nuestro lado. También resultará muy fácil lograr que responda a «sienta» si le pedimos que lo haga antes de cada una de sus tomas diarias.

Malos hábitos

Los cachorros son capaces de encapricharse por los objetos más sorprendentes: la tapa de una botella, nuestras zapatillas, un pañuelo sucio… Para retirárselo, evitamos la persecución directa, que nuestro cachorro entenderá como la mayor de las atenciones y el juego más divertido de todos (polis y cacos) y el forcejeo (que le incitará a morder nuestras manos para defender su posesión). Lo mejor es utilizar nuestra capacidad de persuasión y para realizar un juego de intercambio: «tú me das lo que tienes a cambio de este suculento trozo de comida que te muestro» sin prestar más atención a la situación.


Es importante lograr que nuestro perro se habitúe a nuestro manejo sin mostrar temor
: el uso y aceptación del collar y la correa, una mano que se acerca, que toca su oreja o sus patas, un abrazo o una sesión de cepillado.Todo ello vitará posibles problemas en la calle y facilitará el trabajo de los profesionales, cuando el perro sea adulto.

El aprendizaje de nuestro cachorro es un proceso continuo y no se pueden tomar atajos, hay que dedicarle tiempo y respetar los progresos individuales de cada perro, por lo que tendremos que adaptarnos a los ritmos que nos marca.

Evitaremos el uso de la fuerza o de técnicas de aplicación del castigo, que lo único que lograrán es que nuestro perro se asuste, nos tema y pierda su confianza en nosotros. Debemos mostrar nuestra inteligencia superior desarrollando métodos positivos que nos ayuden a lograr nuestros objetivos.

Este artículo no tiene fines comerciales, sino meramente divulgativos del trabajo del trabajo de Benigno Paz y de la revista «El mundo del Perro»